Una atmósfera épica donde lo sensacional de lo sonoro se complementa a la perfección con lo impresionante de lo visual fue la que se vivió en Cintermex con la llegada de Boris Brejcha por primera vez a Monterrey. Y cómo no, si el rey del High Tech Minimal es un as sobre las tornamesas.
Con todo el arsenal que caracteriza a su producción, misma que lo ha hecho ser uno de los mejores DJs y productores a nivel mundial, Boris se encargó de hacer vibrar a miles de personas a través de un repertorio donde los beats nunca cesaron.
Previo al arranque de la noche techno con Boris Brejcha, se pudo disfrutar de tres sets que amenizaron el evento de forma espectacular. El primero en subir al escenario fue Deniz Bul, quien con una significativa frase abrió el esperado evento: "El mundo necesita más techno" se leía en las pantallas. El público disfrutaba.
Después la fiesta continuó con Moritz Hofbauer, que con su Techno y Deep house fue perfecto para ambientar la noche de forma majestuosa envuelto en ráfagas de luz. Y finalmente Ann Clue se encargó de avivar aún más el ambiente con una energía única, para luego ceder las tornamesas al anfitrión de la noche.
Con todo el poderío que lo respalda, Boris Brejcha apareció sobre el escenario a la media noche acompañado de una producción visual impresionante, de la cual su enigmática máscara era protagonista.
El efecto que Boris provoca en el público es sensacional. No solo es la cuestión musical ni la visual, sino que se trata de la actitud con la que sube al escenario y cautiva a diestra y siniestra haciendo que ningún rincón se escape de sus beats.
Boris es alguien a quien lo mueve la pasión por la música, y toda esa entrega es visible gracias a su forma de moverse al manejar su set, logrando una conexión única con su gente y brindando un performance de diez que lo hacen ser todo un referente en el mundo de la música electrónica.
Temas como "Gravity", "Purple Noise" y "Spicy" fueron parte del repertorio con el que el DJ sorprendió a los asistentes. A lo largo de la noche se pudieron escuchar desde sus clásicos hasta lo más fresco de su inventario de temas.
Resultaba muy interesante ver cómo las mezclas de sonido hacían juego con las luces y reflectores del lugar moviéndose acorde a la euforia que cada una de las canciones hacía brotar. El público se entregaba por completo a ello.
La música, la gente y Boris Brejcha eran uno solo. El rey del High Tech Minimal fue capaz de convertir en una pista de baile todo el recinto, y beat tras beat la frecuencia cardíaca de todos incrementaba para hacer juego con la música.
Tras dos horas de baile y mucha adrenalina, Boris Brejcha se despidió de su público regiomontano emocionado por la aventura musical que representó su primera vez en la ciudad.
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